TRANSCRIPCIÓN

Bien, vamos a empezar por dónde está Panamá y por qué es relevante. Panamá conecta América Central con América del Sur, limitando al norte con el mar Caribe, al sur con el océano Pacífico, al oeste con Costa Rica y al este con Colombia. Su posición estratégica ha sido totalmente clave históricamente, sobre todo gracias al canal de Panamá, que conecta océanos Atlántico y Pacífico, y lo convierte en un punto clave de comercio global.

Ahí van algunos datos: su superficie es aproximadamente 75,000 km², lo que lo hace similar al tamaño de Castilla-La Mancha, en España. Cuenta con una población de unos 4.4 millones de habitantes, y más del 50 % vive en áreas urbanas, especialmente en la ciudad de Panamá. El idioma oficial, naturalmente, es el español, pero se habla muchísimo inglés. Y, aunque la moneda oficial es el balboa, en la práctica el país está totalmente dolarizado y se utiliza el dólar estadounidense para todas las transacciones.

El Aeropuerto Internacional de Tocumen es uno de los principales hubs aéreos de América Latina, con vuelos directos a Europa, Estados Unidos y gran parte del continente americano. Y, políticamente, Panamá es una democracia consolidada, con una economía abierta al mundo y un marco legal que favorece la inversión extranjera. Su sistema bancario es uno de los más sólidos y modernos del mundo.

Y, gracias a estos factores, Panamá no solamente destaca como destino turístico, sino también como un país estratégico para vivir, invertir y desarrollar negocios a nivel internacional.

Clima y estilo de vida. Panamá tiene un clima tropical durante todo el año, dividido en dos estaciones principales: primero, la seca, de diciembre a abril, y la lluviosa, de mayo a noviembre. A pesar de este cambio estacional, las temperaturas se mantienen normalmente siempre estables entre 25ºC y 30ºC, prácticamente todos los días del año. Durante la temporada de lluvias, tenéis que tener en cuenta que esto no significa que llueva todo el día; por lo general, son lluvias breves e intensas, lo que te permite, bueno, pues, disfrutar de prácticamente todo el resto del día.

Sin embargo, debido a la alta humedad, es muy, pero que muy común que, en todos los espacios cerrados, como, por ejemplo, oficinas y restaurantes, se utilice el aire acondicionado a temperaturas bastante frías. Así que, si no estás acostumbrado, esto puede resultar un poquito molesto al principio.

Bien, el estilo de vida de Panamá es relajado, con un fuerte componente natural. Para los amantes de la playa, hay opciones para todos los gustos: Coronado, a solamente una hora de la ciudad, ideal para escapadas, bueno, pues, de fin de semana; Buenaventura, un resort más moderno, más nuevo, de lujo, con playa privada y campos de golf; San Blas, un archipiélago de más de 350 islas paradisíacas administradas por la comunidad indígena Guna, con aguas turquesas, playas de arena blanca y un entorno absolutamente virgen. Después, tenemos Bocas del Toro, en el Caribe panameño, con playas de aguas cristalinas, vida nocturna y un ambiente un poquito más bohemio.

Y, finalmente, Isla Coiba, parque nacional marino, ideal para buceo y snorkel, y contacto con la fauna salvaje. Por cierto, patrimonio de la humanidad para la UNESCO.

Bien, para quienes prefieren la montaña, Panamá también ofrece destinos como, por ejemplo, el Valle de Antón, un cráter volcánico convertido en pueblo, con clima bastante fresco, y Boquete, famoso por su café y su clima primaveral.

En la propia ciudad de Panamá también hay mucho que hacer y ver. Por ejemplo, el Casco Viejo, un barrio colonial restaurado, absolutamente precioso, lleno de bares, restaurantes, historia y cultura; la Cinta Costera, un paseo marítimo moderno, con vistas espectaculares al skyline; y el Causeway de Amador, ideal para caminar, andar en bici o cenar frente al mar.

En resumen, Panamá ofrece una enorme riqueza natural, cultural y turística para disfrutar en cualquier etapa de la vida.

Bien, pasamos a hablar de seguridad, infraestructura y costo de vida. Panamá mantiene un índice de criminalidad relativamente bajo en comparación con muchos países de Latinoamérica. Las zonas urbanas más desarrolladas, como, por ejemplo, Ciudad de Panamá, especialmente áreas como Punta Pacífica, San Francisco y Costa del Este, se consideran muy, pero que muy seguras, y cuentan con una fuerte presencia policial, así como seguridad privada en la mayoría de los edificios.

Además, Panamá también destaca por su infraestructura moderna. El país cuenta con hospitales muy bien equipados, una red vial en constante desarrollo y uno de los aeropuertos más conectados del continente americano: el Aeropuerto Internacional de Tocumen.

Además, posee centros comerciales de muy alto nivel, como, por ejemplo, Multiplaza, Town Center y Alta Plaza, que ofrecen una experiencia muy similar a la de cualquier gran ciudad del mundo, con tiendas internacionales, salas de cine, zonas gourmet y actividades para toda la familia.

Y, en cuanto al costo de vida, vivir en Panamá es considerablemente más económico que hacerlo en muchas ciudades de Europa Occidental o América del Norte. Aquí van algunos ejemplos:

• Alquiler de un apartamento de dos habitaciones en una buena zona de la ciudad de Panamá: entre $1,000 y $1,500 mensuales, dependiendo de la ubicación y los servicios del edificio (piscina, gimnasio, seguridad 24 horas, etcétera).
• Gasto semanal en comida para una persona: va entre $50 y $70.
• Transporte: el metro y los buses en Ciudad de Panamá son modernos y asequibles. Un pasaje en metro cuesta 35 centavos. Además, Uber también es muy utilizado, con trayectos dentro de la ciudad que van de $3 a $5.
• Servicios básicos (agua, electricidad e internet): en edificios modernos, el agua y el gas están totalmente incluidos en el alquiler. El internet hay que pagarlo, y el de alta velocidad cuesta entre $30 y $50 al mes. La electricidad también hay que pagarla aparte, y, si usas el aire acondicionado con frecuencia —algo totalmente normal por el clima—, la factura puede elevarse muchísimo. Puedes llegar a pagar $100, $200 o incluso más.

Bien, y ahora pasamos a la economía y sistema financiero. Panamá cuenta con una economía totalmente dolarizada y no posee un banco central tradicional, lo cual limita la emisión descontrolada de moneda y aporta bastante estabilidad al sistema financiero. Esta característica, sumada a una inflación históricamente baja y un crecimiento sostenido, ha hecho que el país sea considerado como uno de los más estables de Latinoamérica.

El canal de Panamá es una de las infraestructuras más importantes del mundo, generando miles de millones de dólares en ingresos anuales y atrayendo constantemente inversión extranjera. Solo en 2023, el canal reportó ingresos de casi 5,000 millones de dólares, consolidando el país como un nodo logístico clave entre Asia, Europa y América.

Y, imaginaos, es tan importante que, recientemente, Donald Trump ha forzado la venta de dos puertos del canal de Panamá, de los chinos a Black Rock. Así que veremos qué pasa con eso.

Además, curiosamente, Panamá se ha beneficiado enormemente de la llegada de capital extranjero, huyendo de países como, por ejemplo, Colombia, Venezuela y Perú, especialmente en momentos donde estos han sufrido giros políticos a la izquierda. Esta situación ha impulsado la migración de empresarios y familias con mucho patrimonio hacia Panamá, obviamente en búsqueda de protección para su capital.

Muchos de estos inversores han establecido empresas, han comprado propiedades o iniciado nuevos negocios, dinamizando así sectores como, por ejemplo, la construcción, la hostelería, el comercio, los servicios profesionales y el turismo. Esta migración de capital ha elevado el estándar de servicios y fomentado una mentalidad empresarial cada día más moderna.

Además, Panamá ha logrado atraer a grandes multinacionales que han establecido sus sedes regionales en el país, bajo el régimen SEM (Sedes de Empresas Multinacionales). Este régimen fue creado específicamente para atraer inversión extranjera de alto nivel, y ha permitido que empresas como, por ejemplo, Proteren, Gambel, Nesle, 3M, Cartel Pilar, Huawei, Samsung o Bayern operen desde Panamá para toda América Latina.

Estas empresas no solamente atraen capital, sino también conocimiento, tecnología y empleo cualificado. Los beneficios fiscales para estas compañías incluyen exoneraciones de impuestos sobre la renta, dividendos e importaciones, siempre y cuando operen como centros regionales.

Para los trabajadores de este tipo de empresas SEM, también hay muchos beneficios, y el principal es que tampoco pagan impuestos. Para ellos no existe el IRPF. Esto es absolutamente crucial para traer talento extranjero.

En cuanto al sector inmobiliario, el precio por metro cuadrado de construcción en zonas premium, como, por ejemplo, Costa del Este o Santa María, ronda entre los $2,500 y los $3,500 para propiedades de muy alta calidad. En comparación, barrios prime, como, por ejemplo, Salamanca o Sarrià, en Madrid y Barcelona, pueden superar fácilmente los $6,000 por metro cuadrado, y en zonas exclusivas de Miami, como, por ejemplo, Brickell o Coconut Grove, oscilan entre los $8,000 y los $1,000 el metro cuadrado.

Esta enorme diferencia convierte a Panamá en una opción muy atractiva para quienes buscan lujo y alta calidad, con una inversión muchísimo más baja. En conjunto, todos estos factores posicionan a Panamá como un centro financiero, logístico y comercial de primer nivel en la región. Bien, y ahora pasamos al sistema fiscal panameño. Panamá es conocido por su sistema de tributación territorial, lo que significa que los ingresos generados en el extranjero no están sujetos a impuestos. Esto representa una ventaja fundamental para quienes tienen ingresos fuera de Panamá, como, por ejemplo, emprendedores digitales, porque esos ingresos quedan completamente exentos de tributación.

A diferencia de países con sistemas fiscales por residencia o ciudadanía, como, por ejemplo, España o Estados Unidos, Panamá no grava los ingresos del extranjero, incluso si decides traer ese dinero al país y depositarlo en un banco panameño.

Esto, que se ve como algo excepcional, debería ser la norma en cualquier país digno, porque ¿qué derecho tiene un país de imponerte un tributo sobre algo generado fuera de sus fronteras? No tiene ninguno, ¿verdad? Bueno, pues esta locura esquizofrénica se ha normalizado en absolutamente todos los infiernos fiscales de hoy en día, que ya conocemos, y cuando un país no lo exige, nos parece hasta raro, cuando debería ser un derecho fundamental, un derecho vital para cualquier ciudadano de cualquier país.

Bien, y ahora me imagino que estaréis pensando: “Bueno, todo muy bien, todo perfecto, pero para poder aprovechar la fiscalidad territorial de Panamá, tendré que generar ingresos fuera de Panamá y utilizar una empresa extranjera en un lugar donde no me cobren impuestos o me cobren lo mínimo posible.” Y ahí es donde entran en juego las LLCs en Estados Unidos.

Las LLCs en Estados Unidos son empresas transparentes, lo que quiere decir que los ingresos fluyen directamente a la persona física dueña de la empresa, al miembro. Si esta persona es no residente en los Estados Unidos y, además, no tiene un agente dependiente allí desarrollando el negocio, no tributará en los Estados Unidos. En la jerga fiscal, a esto se le llama no ser ETBUS, lo que significa que mi LLC no está involucrada en un comercio o negocio dentro de los Estados Unidos y no pagará impuestos, aunque tenga ingresos de clientes estadounidenses.

Si queréis más detalles sobre todo esto, podéis echar un vistazo al vídeo que pongo en la descripción, que ha tenido decenas de miles de visitas y lo aclara todo perfectamente.

Os voy a poner un ejemplo sobre cómo funcionaría, en la práctica, una residencia fiscal en Panamá combinándola con una LLC. Supongamos que un vendedor de Amazon, o un negocio online similar, de nacionalidad europea, opera con una LLC de Estados Unidos y factura $100,000 al mes vendiendo en USA o en Europa. Como su LLC no es ETBUS, no tiene obligación de pagar impuestos en Estados Unidos, pero sí en Europa.

Entonces, esta persona, que reside en Europa y está cansada de la fiscalidad europea, se traslada de Europa a Panamá y obtiene la residencia fiscal. Y, como en Panamá los ingresos de fuente extranjera, ya sabemos que tributan al 0%, no pagaría impuestos si es que decide repatriar su dinero a Panamá. En definitiva, los beneficios de esas operaciones no tributarían en Estados Unidos y tampoco en Panamá, y, por lo tanto, se podría operar un negocio pagando prácticamente cero en impuestos legalmente.

Panamá tiene otra gran ventaja, y es que los intereses generados por depósitos a plazo fijo también están libres de impuestos, tanto para residentes como para no residentes. Esto hace que sea posible llevar tu capital a Panamá, ponerlo a rendir y no pagar ni un céntimo en impuestos sobre esos intereses.

Además, los bancos panameños suelen ofrecer tipos de interés uno o dos puntos porcentuales más altos de lo que podrías encontrar en bancos en Estados Unidos, lo que convierte esta estrategia en una opción bastante inteligente.

Ahora bien, si desarrollas actividad comercial dentro de Panamá, los ingresos generados localmente sí van a tributar. En ese caso, el impuesto de sociedades es del 25 % y dividendos, un 10 %. Además, Panamá no tiene esas locuras que ya conocemos, como, por ejemplo, el impuesto de patrimonio, ni impuesto de sucesiones o donaciones. Así que esto representa una ventaja muy significativa frente a muchos países europeos o latinoamericanos, donde este tipo de impuestos afectan tremendamente a la herencia o la transferencia patrimonial.

Y, por supuesto, hablando de herencias y sucesiones, no podemos dejar de mencionar una de las joyas de la corona del sistema legal panameño: las fundaciones de interés privado. Inspiradas en fundaciones de Liechtenstein y con similitudes funcionales a los trust americanos, estas estructuras ofrecen un nivel de flexibilidad, confidencialidad y protección patrimonial absolutamente inigualables.

Estas fundaciones no tienen propietarios, sino beneficiarios, y tú decides las reglas del juego. Lo más interesante es que permiten planificar la sucesión generacional sin necesidad de realizar transferencias de titularidad. En otras palabras, puedes tener activos en todo el mundo: inmuebles, cuentas, inversiones o incluso empresas, y garantizar que tu patrimonio pase de generación en generación sin tributar ni un solo céntimo, ni estar tampoco a merced de la voracidad fiscal de ningún país.

Si pensáis que Panamá es un paraíso fiscal encubierto, os equivocáis. Panamá ha trabajado durante los últimos años muy duro para cumplir con los estándares internacionales de transparencia. Actualmente, no está en listas negras de paraísos fiscales y, al haber firmado en 2018 el CRS, el Common Reporting Standard, mantiene convenios de intercambio de información con muchos países, incluyendo España. Esto permite a cualquier persona operar de forma completamente legal y transparente.

Bien, y ahora pasamos a cómo obtener la residencia en Panamá. Panamá ofrece múltiples vías para poder obtener la residencia, adaptadas a diferentes o distintos perfiles y niveles de inversión. Estas opciones son accesibles tanto para personas con alto poder adquisitivo como para emprendedores, jubilados y profesionales que desean establecerse en un país con calidad de vida, estabilidad y ventajas fiscales.

• Visa de países amigos, para ciudadanos de más de 50 países con los que Panamá mantiene acuerdos especiales.

Por ejemplo: España, México, Argentina, Chile y Alemania, entre otros, pero no Estados Unidos. Ventajas, que es muy fácil obtener y permite iniciar con una residencia temporal de 2 años, y luego solicitar la permanente.

Requisitos: puedes elegir entre estas tres opciones.

1. Contrato de trabajo con una empresa panameña.
2. Compra de propiedad de un mínimo de $200,000, y puede financiarse.
3. Y depósito a plazo fijo de $200,000 en banco panameño.

El proceso es muy fácil:

1. Carnet de trámite mientras te revisan la solicitud.
2. Carnet de residencia temporal de 2 años.
3. Solicitud de residencia permanente al cumplir los 2 años.

Algo muy bueno es que puedes incluir a tu cónyuge e hijos menores de 25 años como dependientes.

• Residencia por inversión inmobiliaria.

Y, esta es ideal para personas que desean establecerse directamente con residencia permanente. No quieren primero tener la temporal.
Requisitos: compra de una o varias propiedades en Panamá por al menos $300,000.

Beneficio: se obtiene una residencia permanente desde el primer día. Acordaos: no pasas por la temporal.

• Residencia por depósito bancario.

Ideal para personas que prefieren una inversión pasiva.

Requisitos: depósito a plazo fijo de al menos $300,000 por 3 años en banco panameño.

Beneficio: también te otorga la residencia permanente desde el inicio, sin pasar por la temporal.

• Residencia por creación o compra de negocio.

Esta es ideal para emprendedores o empresarios.

Requisitos: Bueno, pues una inversión mínima de $160,000 en una empresa panameña y, además, tienes que contratar al menos cinco empleados panameños a tiempo completo. No pueden ser temporales.

Beneficio: Obtienes una residencia temporal de 2 años renovable, y puede convertirse en una residencia permanente después de 6 años.

• Visa de inversionista cualificado.

Esta es ideal para quienes quieren una solución rápida y tienen un alto patrimonio.

Requisitos: Una inversión de $500,000 en bienes raíces, en bolsa de valores panameña o en depósito bancario.

Beneficio: Residencia permanente en solamente 30 días.

• Programa de residencia para pensionados.

Ideal para jubilados de cualquier nacionalidad.

Requisitos: pensión vitalicia mínima de $1,000 al mes. Puede venir de un gobierno, de una empresa privada o incluso de un fondo. Y puedes incluir dependientes con tan solo $250 adicionales por cada uno.

Y ya, finalmente, además de estas vías que hemos explicado para obtener la residencia, también existen otras alternativas, quizás un poquito más laboriosas, pero mucho más asequibles para quienes no disponen de grandes sumas para invertir.

Si estás interesado en cualquiera de las vías que hemos mencionado, os dejo en la descripción del vídeo un contacto directo para que podáis recibir asesoría personalizada y profesional.

Bien, y ya pasamos a la nacionalidad panameña y al pasaporte. Una vez que hayas obtenido la residencia permanente en Panamá, puedes optar perfectamente por la nacionalidad panameña. El proceso y el tiempo requerido van a depender de tu país de origen y de tu situación personal.
¿Y cuándo puedes solicitar la nacionalidad? Bueno, pues en tres ocasiones, en tres situaciones:

1. 5 años después de obtener la residencia permanente. Ese es el tiempo normal para la mayoría de extranjeros, la mayoría de países.
2. 3 años si estás casado o casada con un ciudadano panameño.
3. 2 años si eres ciudadano de países con acuerdos de reciprocidad, como por ejemplo España (países amigos).

Bien, y para los que estéis pensando en la doble nacionalidad, técnicamente, Panamá no reconoce la doble nacionalidad. Esto significa que, para naturalizarte como panameño, vas a tener que renunciar formalmente a tu nacionalidad anterior. Sin embargo, esta renuncia no tiene efectos prácticos, porque no suele implicar la pérdida real de la otra nacionalidad a ojos del país de origen. Por ejemplo, España o Estados Unidos te la sigue reconociendo perfectamente.

¿Cuáles son los beneficios del pasaporte panameño? Acceso sin visa a más de 140 países, incluyendo el Reino Unido, la zona Schengen, Rusia, Hong Kong y la mayoría de América Latina. Es un pasaporte muy respetado a nivel internacional y que facilita la movilidad global.

En definitiva, la nacionalidad panameña puede ser un paso estratégico para quienes buscan tener un plan B frente a cualquier abuso de otros países que ya conocemos.

Bien, y ahora hablaremos de algo fundamental: las reglas de permanencia y residencia fiscal. Lo primero que hay que entender es que la residencia migratoria o física no es lo mismo que la residencia fiscal. Esto es algo que muchísima gente no tiene claro, que no entienden, y muchos meten la pata hasta el fondo. La residencia migratoria o física es poder quedarte legalmente en el país, nada más. Y la residencia fiscal, que es lo que la mayoría de la gente busca, es que la DGI panameña, la Hacienda, te reconozca como contribuyente y te dé acceso a beneficios fiscales.

Bien, vamos por partes. Con respecto a tu residencia migratoria o física, las reglas de permanencia son muy sencillas. Si eres residente permanente, debes entrar al país al menos una vez cada 2 años y quedarte más de 24 horas. Si no lo haces, tu residencia podría suspenderse. Pero, si dejas pasar más de 6 años sin pisar Panamá, la residencia se cancela automáticamente, y tú no quieres eso. Conclusión: si quieres, puedes ser residente en Panamá y no estar ahí prácticamente nunca.

Y segundo, para ser considerado residente fiscal en Panamá y beneficiarte de su sistema territorial, donde solamente tributas por lo que generas dentro del país, no basta con tener la residencia migratoria o física. Es necesario tener un certificado de residencia fiscal panameño, que puedes obtener si cumples con al menos una de las siguientes condiciones:

1. Permanecer en Panamá por más de 183 días calendario, consecutivos o alternos, en un mismo año fiscal.
2. Establecer tu centro de intereses vitales en Panamá, lo que puede incluir tener tu residencia habitual, que tu núcleo familiar viva en Panamá y tener actividades económicas relevantes, como, por ejemplo, una empresa o un empleo.

Si queréis aprovechar lo que Panamá tiene que ofrecer, tenéis que hacer las cosas bien, porque Panamá tiene convenios de doble imposición firmados con un montón de países.

Por ejemplo, España también comparte información, y si llegase a haber un conflicto entre Panamá y vuestro país, y no tenéis todo perfectamente atado, os puedo garantizar que os va a costar mucho dinero y estrés. Por lo tanto, cumplid con los requisitos a rajatabla, y, si cogemos el ejemplo de España, os tenéis que asegurar de desvincularos totalmente como residentes fiscales, informando mediante el modelo 030 de la Agencia Tributaria.

Y, además, os recomiendo que os registréis lo antes posible en la embajada española o la de vuestro país como residentes en Panamá, porque esta fecha de inscripción sirve de prueba de residencia.

En resumen, establecer tu residencia fiscal en Panamá es perfectamente viable y legal, pero requiere hacerlo bien, sin dejar cabos sueltos. Así vais a poder evitar sorpresas con Hacienda y podréis beneficiaros al 100 % del sistema territorial panameño.

Bien, y ahora vamos a ver para quién es ideal Panamá. Panamá es ideal para personas que buscan vivir con menos presión fiscal y mayor calidad de vida, en un entorno moderno, bien conectado y con un clima cálido todo el año. Es especialmente atractivo para retirados o para personas que tienen un negocio, que pueden vivir en cualquier sitio y no dependen en absoluto de jefes ni de horarios.

Los que ya me conocéis sabéis perfectamente que me dedico a la venta en Amazon. Llevo 10 años en ello y tengo una formación y una comunidad con más de 15.000 alumnos de todo el mundo. Cada vez más alumnos se están marchando de sus países, sobre todo de España y de Europa. Y uno de los principales destinos hoy en día es Panamá. Combinan la residencia en Panamá con una LLC en los Estados Unidos, y así minimizan al máximo sus impuestos.

Pero, ojo, porque también conozco gente de todo tipo que se está marchando a este país. Gente que puede trabajar básicamente con un ordenador y una conexión de Wi-Fi, es decir, gente dedicada a Shopify, marketing de afiliados, copywriter, closer, setter, traffickers, expertos en funnels, diseñadores, editores, consultores, programadores, absolutamente lo que sea. Se marcha todo tipo de gente y están encantados.

Lo que está claro es que cada día hay más trabajos del mundo tradicional que se pueden extrapolar y se pueden llevar al mundo online, que es donde realmente están las oportunidades y el crecimiento. Y, además, te da la maravillosa flexibilidad de hacer las maletas y marcharte cuando tu país ya no sabe qué más hacer, qué más inventar para asfixiarte con impuestos y regulaciones.

Y lo último que me queda por decir es que, si estáis interesados en crear una LLC en los Estados Unidos para vuestros negocios online, ya sabéis que tengo una formación super completa, cuyo link está en la descripción de este vídeo. Y también, por supuesto, podéis echar un vistazo a mi formación sobre Amazon FBA, que es realmente, realmente el negocio que me ha permitido tener la vida que tengo hoy en día.

Así que, espero que os haya gustado el vídeo, muchísimas gracias y nos vemos en el siguiente. ¡Chao!

Espero que os haya gustado el video, y para todos aquellos que queráis aprender más sobre el mundo de Amazon, os animo a que echéis un vistazo a mis cursos, sin más que decir ¡Muchas gracias y hasta la próxima!